Las danzas nos permiten llegar a estados de profunda conexión con nuestra esencia individual y colectiva, son un vehículo de paz y sanación muy poderoso.
Su sencillez y espontaneidad hacen que sean accesibles a personas de todas las edades, más allá de las ideas, las creencias o la cultura.
La música del mundo, las danzas tradicionales y los movimientos arquetípicos nos conectan con las raíces de la humanidad y el inconsciente colectivo; compartir danzando en círculo nos contacta con la Tierra y con las dimensiones sutiles.
Nuestra nueva cultura está naciendo, y en medio de los cardos y espinos de la realidad que nos transmiten nuestros medios y el sistema, estamos floreciendo y eligiendo nuestro destino, nuestro camino, nuestra realidad cotidiana.
En esa direccion plantamos nuestro compromiso, asumiendo que el camino de la Paz y la Seguridad es aquí, en este corazón, en este círculo, es nuestra responsabilidad.
Fuente: Tinkudanzas
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