
Al bailar la mente reacciona a un nivel más profundo e instintivo. Permite que los pensamientos de todos los días se pierdan en el ritmo de la música. Cuando la danza toma el mando, las restricciones y las inhibiciones de la mente consciente desaparecen.La danza es el arte del cuerpo, la expresión del ser interior a través de la conciencia del propio cuerpo y del espacio que éste ocupa.A lo largo de muchos años la danza formó parte de los rituales y ceremonias religiosas. Una persona podía crear un nexo con lo divino y el mundo interior; invocando energías y los misterios que iban más allá de una supervivencia cotidiana. Para la mujer la danza constituía una manifestación natural de su dualidad cíclica, su condición de Diosa y Sacerdotisa.La mayoría de las danza antiguas eran circulares. Los grupos danzantes erigían el templo marcando círculos sagrados para la danza sobre la propia Tierra.